Muchas personas toman la amistad de manera simple sin saber lo profundo y pesada que es el simple hecho de llamar a alguien amigo.
Pero si tan solo reflexionaras sobre ello, llegarás a caer en las profundidades de ello y aprender cuál es su valor real, porque los amigos son más que pláticas ocasionales del día a día.
Aquella persona en la cual puedes depositar toda tu confianza y expectativas, aquella persona que sabes que se preocupa por ti estando en las buenas y en las malas, aquella persona que siempre estaría dispuesta a darte una mano cuando lo necesites sin negarse ni una sola vez.
Solo esas pequeñas cosas tan simples son las cuales deberían darte la razón suficiente como para decirle a alguien amigo, sin embargo, no muchos lo ven así lo cual es triste.
Llamar a cualquier conocido o compañero como un amigo es algo incorrecto, incluso si no lo conocen lo suficiente, algunos igualmente lo harían, haciendo que cualquiera mirara tal palabra con desdén.
Pero lo que sí saben apreciar más tal palabra, con amigos de verdad, sin duda duran más lo que tarda desde primavera hasta el invierno, desde su principio hasta su final, cuando toda la nieve se disuelve en agua.
La diferencia entre un conocido/desconocido y un amigo es como la brecha entre el cielo y la tierra.
Hay que ser sabios en esta vida y reflexionar hasta el más mínimo de nuestras ideas porque repercuten en nosotros mismos y en las personas a nuestro alrededor.
También no hay que olvidar las personas poco sinceras, si alguien es demasiado bueno y sumiso tendrá muy probablemente segundas intenciones, prueba el corazón de las personas siempre que surja la oportunidad.