■ Aquel que soñaba y deseaba con fuerte anhelo.


Esbozaba una sonrisa de oreja a oreja con la mirada de sus ojos, tan brillantes como las estrellas del cielo, siendo el mismo como un libro abierto lleno de curiosidad de todo aquello que le rodeaba.

Aunque se encontraba solitario, él no sentía ni sabía que era la soledad porque nunca había aprendido que estaba solo, se quedaba absorto en sus pensamientos con cualquier cosa que le interesaba por horas y horas. Así era él hasta, cansarse de hacer tales cosas y probaba una y otra.

El tiempo pasaba lentamente para el conforme se sumergía en aquello que le rodeaba y de aquello de lo cual aprendía. Cuyas cosas él apreciaba, aunque no las entendía del todo, soñaba con hacer grandes cosas.

Los días se volverían semanas para él y las semanas se volverían meses y los años serían el epítome de su crecimiento. Aun siendo diferente a todo lo demás en pensamiento y forma de ser, él era igual a los demás en cierta manera.

Así fue como él tomó por primera vez consciencia de sí mismo, aprendió de que había consecuencias, aprendió que todo lo que él quería, lo cual requería mucho esfuerzo, pero él pensó no hay nada que no quiera que no pueda lograr.

Así el tiempo fluyo, conforme obtuvo todo aquello que anhelaba, la lista se iba haciendo más pequeña, todo aquello que quiso y pudo obtener lo tuvo.

Hasta llegar el punto de qué ya conocía mucho, por ello sentía aún más la monotonía, esa lista que parecía interminable, llego hasta su picó máximo de lo que podía ofrecer, además ya nada le impresionaba como antes, ya el desinterés por conocer más se volvía casi palpable.

Él se preguntaba ¿Dónde se fue aquella pasión que yo poseía en antaño?
Pero esto no lo desanimó, reflexionó y comprendió, siendo aun así después de haber entendido siguió sonriendo.

Llego un tramo de su vida donde se dio cuenta por primera vez de la frialdad de la soledad en la que él vivía, noto lo distinto que era el mundo a la burbuja en la que residía, molesto por su inexperiencia, quiso conocer al detalle a cada persona que conocía quería aprender todo aquello que les gustaba, todo aquello que les apasionaba, todo aquello que hacían día a día era más bien como y porque hacían tales cosas o que pensaban al momento de hacerlo.

Él se sentía incompleto por cuanto él había estado aislado de todo lo demás, solo era él, y nadie más que el encerrado desde su propio punto de vista del mundo, y así fue impactado con diversas formas de opinar y ver las cosas, incluso hubo momentos que se sintió engañado por lo que él creía o había logrado por eso decidió esforzarse más por mejorarse así mismo y ser la mejor versión de él en todo lo posible.

Todos los años que le precedieron después de esa tan importante decisión que tomó él fue para enfocarse en entenderse así mismo y entender a las demás personas que le rodeaban.

Hubo muchos momentos en los cuales flaqueo, se entristeció y su corazón fue hecho añicos por aquellas personas que amaba o consideraba mucho, pero en el fondo él sabía que todas esas experiencias eran para que él pudiera crecer, todo eso era para hacerlo mejor por eso acepto cada uno de sus errores, acepto todas sus carencias, acepto todo lo que lo hizo sufrir y así aprendió que si lo aceptaba olvidaba todo aquello que lastimo su frágil corazón.

Todas las nuevas experiencias que fue adquiriendo, él tuvo debates internos en sí mismo por entender ¿Qué fue lo que hice mal? ¿Por qué pasó esto si yo…? ¿Seré perdonado si me disculpo? ¿Acaso algún día podre entender? ¿Por qué soy tan distinto a los demás?
Poco después entendí que no siempre hay decisiones buenas o malas, hay cosas que están destinadas a ser, aunque por más que quiera mantener las cosas se derrumbaran si sus cimientos son tan débiles, entonces ¿Por qué apresurar las cosas?, solo debo dejar que el tiempo fluya y todo surja con su debida oportunidad.

Ciertamente, él pensó mucho, mucho tanto tiempo más del que cualquiera se pueda imaginar, tanto así que en algún momento de su vida olvidó como sonreír, olvidó como reír, olvido que necesitaba ser feliz, pero esas mismas personas que hicieron añicos su amor le enseñaron a revitalizarse de nuevo.

Lo más importante de toda su travesía fue haber aprendido a solo recordar los momentos felices y buenos para así dejar atrás todo lo malo con el objetivo de proteger su propia integridad como persona.

Es por eso que no importa cuanto tiempo pase, no importa si pasa toda su vida sin haber hallado aquello que buscaba con tanto deseo desde que era nada más que un mero retoño, la última cosa de su lista ya no importa porque como él es ya está completo no necesita nada más cualquier otra cosa para él no sería más que vanidad o solo un complemento para su vida.

Así es, este es el fin del fin, o quizás será que para él lo que el futuro le depare le dé una mayor comprensión de sí mismo, porque todas esas cosas que aprendió, experimento e hizo sin duda no fueron una pérdida de tiempo, no hay nada por lo cual arrepentirse, no hay remordimiento solo una dulce y tranquila paz como aquel lago que no posee corriente.

Palabras escritas por una persona que busca saber más de lo que aconteció y lo que precedió, igual de lo que se hizo ya no hay o habrá memoria y tampoco de lo que me precederá.

▪︎ Escrito por: Azriel


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